Sistema de Protección Interno
Espacios, actividades y relaciones seguras para promover un entorno protector, de buen trato y cuidado mutuo
Bajo el marco del sistema de calidad y mejora constante, SICAR cat junto a Proyecto ESPERANZA, ambos proyectos de Adoratrices, trabajan conjuntamente desde marzo de 2019 en la implantación de un sistema de protección interno que promueva los principios y prácticas de mantenimiento de un entorno seguro.
Este nuevo reto supone una exigencia más en su estándar de calidad y compromete a los proyectos a prevenir, reducir y subsanar, en su caso, los riesgos y daños que puedan sufrir todas las personas implicadas en la entidad. También obliga a las organizaciones a tratar los incidentes de protección de manera efectiva, de acuerdo con los marcos de referencia y procedimientos autonómicos, estatales e internacionales. En abril de 2020 lograron el primer paso de certificación del sistema cumpliendo con el nivel I de las recomendaciones y buenas prácticas del Instituto de Innovación, Desarrollo e Impacto Social.
Queremos promover un ecosistema protector donde el buen trato sea el protagonista de las relaciones en un contexto libre de violencia
Comité de Protección Interno
El cuidado mutuo como un valor de innovación
Según se detalla en el documento de posicionamiento, Adoratrices quiere generar, dentro de su organización, comportamientos coherentes con la protección de las mujeres y constituirse como una organización segura para ellas y sus hijos e hijas menores de edad así como para todas las personas vinculadas a la institución (voluntariado, profesionales y colaboradores). Por este motivo, hace todo lo posible para prevenir, responder y reportar cualquier caso de violencia o sospecha de ésta.
Además, considera fundamental que su plantilla y todas las personas e instituciones que trabajan o colaboran con la organización estén concienciadas y comprometidas con el buen trato y la protección de las mujeres y respeten su voluntad como una prioridad en todas sus actuaciones.
Así mismo, se compromete a brindar formación continua en materia de protección y buen trato a todas las personas trabajadoras así como personas voluntarias y colaboradoras que mantengan una relación directa con la entidad.
Esta política de protección se aplica a:
- Todas las personas trabajadoras de Adoratrices, comunidad religiosa, estudiantes en prácticas y voluntariado.
- Personal colaborador, prestadoras de servicios y contrapartes, siempre que mantengan una relación directa con Adoratrices.
Es imprescindible fortalecer un entorno protector visibilizando los distintos tipos de violencia, su nombre y qué implica.
Formas de violencia
- Descuido o trato negligente: Se define como la falta de atención de las necesidades físicas, psicológicas y afectivas.
- Violencia psicológica: Se refiere a toda forma de agresión verbal y psicológica que afecte el bienestar emocional como amenazas, insultos, humillaciones, ridiculizaciones o aislamiento.
- Violencia física: Comprende actos tanto intencionales como no intencionales que pueden provocar secuelas físicas graves o fatales. Se manifiesta mediante golpes, cortes, quemaduras, mutilaciones, sacudidas o palizas entre otras.
- Abuso sexual: supone el sometimiento a comportamientos sexuales por parte de una persona en un contexto de desigualdad de poder, habitualmente a través del engaño, la fuerza, la mentira o la manipulación. Tiene consecuencias muy graves en el desarrollo y bienestar emocional, psicológico y psicosexual de la persona que pueden alargarse en el tiempo.
- Acoso laboral o mobbing: es tanto la acción de una o varias personas hostigadoras conducente a producir miedo, terror, desprecio o desánimo en otra persona trabajadora a través de actos negativos y hostiles dentro o fuera del trabajo por parte de grupos sociales externos, de sus compañeros («acoso horizontal», entre iguales), de sus subalternos (en sentido vertical ascendente) o de sus superiores (en sentido vertical descendente, también llamado bossing, del inglés boss, jefe). Lo que se pretende en último término con este hostigamiento, intimidación o perturbación (o normalmente la conjugación de todas ellas) es el abandono del trabajo por parte de la víctima —o víctimas—, la cual es considerada por sus agresores como una molestia o amenaza para sus intereses personales (necesidad de extorsión, ambición de poder, de riquezas, posición social, mantenimiento del statu quo, etc.)
- El ciberacoso (ciberbullying): es una forma de acoso que implica el uso de los teléfonos móviles (textos, llamadas, vídeo clips), internet (email, redes sociales, mensajería instantánea, chat, páginas web) u otras tecnologías de la información y la comunicación para acosar, vejar, insultar, amenazar o intimidar deliberadamente a alguien. La peculiaridad del ciberacoso es que una sola agresión que se grabe y se suba a internet se considera ciberacoso por la posibilidad para reproducirla de forma innumerable y su audiencia potencialmente global.
- Tortura y tratos inhumanos o degradantes: se refiere a los actos de violencia con el propósito de obligarle a confesar o castigarle extrajudicialmente por conductas ilícitas o delictivas.
- Prácticas perjudiciales o violencia comunitaria: se denominan así ciertas formas de violencia que son comunes en algunas sociedades o culturas o tradiciones y son contrarias al respeto de las mujeres y a sus derechos como la mutilación genital femenina, esterilizaciones forzadas o matrimonio forzado.)
- Victimización secundaria o revictimización: el maltrato adicional ejercido contra las mujeres vulnerabilizadas como consecuencia directa o indirecta de los déficits – cualitativos y cuantitativos- de las intervenciones realizadas por organismos responsables y también por las actuaciones desacertadas procedentes de otros agentes implicados.
Formas de revictimización:
- No detectar situación de vulnerabilidad por falta de conocimiento, sensibilización y/o recursos.
- No dar respuesta a las necesidades que plantean las víctimas y no garantizando sus derechos
- No actuar desde una perspectiva de derechos humanos y de género que ponga el centro el bienestar de la víctima del delito
- Cuestionar y negar sistemáticamente la credibilidad y el testimonio de las víctimas a pesar de los indicios existentes
- Abordar y tratar los hechos de forma morbosa y amarillista contribuyendo a estigmatizar a las mujeres víctimas del delito.